El gobernador de California, Gavin Newsom, ordenó el domingo el cierre inmediato de bares y cervecerías en siete condados, incluido Los Ángeles, y recomendó su cierre en otros ocho condados, apenas una semana después de que se iniciara la reapertura.
En un comunicado, Newsom dijo que es “fundamental” dar “este paso para limitar la propagación del coronavirus”. Cuando hizo el anuncio, había más de 211.000 casos positivos y casi 4.600 hospitalizados con COVID-19 en el estado de la costa oeste.
El condado de Los Ángeles tiene las mayores cifras. El domingo registró 2.542 nuevos casos de COVID-19 -el segundo apunte diario más alto desde que comenzó la pandemia- y más de 1.700 hospitalizados, lo que representa un aumento del 14% en tres días.
En un mensaje subido a su página de Facebook, Newsom advirtió sobre la posibilidad de revertir procesos de reapertura, urgiendo al uso de mascarillas y al respeto de las medidas de distanciamiento físico.
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"Cada una de sus decisiones determinarán nuestro destino... para mitigar la necesidad de tener que cambiar las órdenes de quedarse en casa... No queremos hacer eso. Pero estamos preparados para hacerlo", aseguró Newsom.
Preocupa también la multiplicación de casos entre la gente más joven. Actualmente, el 56% de californianos diagnosticados con COVID-19 tienen entre 18 y 49 años, lo que hace pensar que son ellos los que potencialmente están impulsando la propagación del virus.
Funcionarios de salud pública atribuyen el aumento de infecciones, en parte, a la ampliación de pruebas, pero principalmente, a la transmisión comunitaria debido a que más personas están saliendo a la calle, participando en reuniones sociales y en las recientes protestas, sin usar mascarillas. Las autoridades sanitarias advierten que si no se cumplen las medidas de prevención, la situación va a empeorar.